Piensa Digital LT | «Especial 8M: Cinco mujeres que lideran los avances de la IA en Chile»

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Piensa Digital LT | «Especial 8M: Cinco mujeres que lideran los avances de la IA en Chile»

8 de marzo de 2024

Por: Martín Cifuentes y Raimundo Flores | Imagen: Piensa Digital La Tercera | Fuente: Piensa Digital La Tercera

Desde distintos ámbitos y roles, Bárbara Silva, Claudia López, Marcela Ruiz, Marina Tannenbaum y Paulina Assmann están empujando el uso de la Inteligencia Artificial en Chile. Aunque sus experiencias son variadas, todas coinciden en que son pocas las mujeres que se han desarrollado en esta área y que hay que potenciar a las referentes.

La masificación de la Inteligencia Artificial ha sido el gran fenómeno tecnológico de los últimos años. Sin embargo, entre las noticias de las posibilidades que se abren con estas herramientas y de la competencia entre sus principales desarrolladores, también se esconde otra verdad incómoda: la del bajo porcentaje de mujeres implicada en estos avances, reflejo de la brecha de género histórica en el sector STEM.

Aunque esa diferencia de participación se replica en Chile, son varias las mujeres que están actualmente liderando instancias relacionadas con la Inteligencia Artificial, ya sea desde el ámbito público, del emprendimiento o de la investigación. A continuación te dejamos sus historias y su visión sobre cómo está avanzando este fenómeno en Chile:

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Claudia López: Desde la academia hacia la IA

Es Ingeniera civil informática y doctora en Ciencias de la Información y Tecnologías de la Universidad de Pittsburgh en EE.UU. Además, profesora asistente en el Departamento de Informática de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM) y codirectora del Laboratorio de Experiencia de Usuario (UX),

Claudia López se destaca por su experiencia en la informática centrada en el ser humano y la interacción con las computadoras. Desde su punto de vista, la IA está desempeñando un papel preponderante en diversas áreas sociales, comerciales, educativas y de salud, y es esencial que la revolución tecnológica sea impulsada por la diversidad de género.

“El Ministerio de Ciencias ha hecho un trabajo interesante en tratar de recolectar evidencia de cómo la diversidad en los equipos científicos y de innovación o emprendimiento son más productivos y llegan a soluciones más innovadoras”, plantea López.

La también investigadora asociada en el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA), resalta la necesidad de una participación equitativa de mujeres en un campo que está transformando diversas esferas de la sociedad.

En cuanto a la representación actual de mujeres en el campo de la IA en Chile, López señala la escasez, pero destaca un crecimiento en el interés y la participación. Su “esperanza cautelosa” se centra en programas gubernamentales, como “Más Mujeres Científicas”, que buscan aumentar la presencia femenina en carreras STEM.

“Me da mucha esperanza de que se va a redibujar la distribución de género en distintas áreas y espero que también en la inteligencia artificial, porque me parece que ha tenido efecto”, dice.

En la UTFSM, el porcentaje de mujeres aumentó en un 5%, teniendo carreras principalmente asociadas al STEM. Particularmente en Ingeniería Informática, que ha tenido una matrícula femenina del 10% en las últimas dos décadas, se acercó recientemente al 14%. Pero, en 2024, el número creció, destaca la especialista, al 31%.

“Me da la impresión de que es un salto cualitativo importante de número de mujeres que va a haber y que podrían interesarse en la IA”, afirma, y luego complementa que “hay que preocuparse que, una vez que la gente entre, quiera quedarse; ojalá que los ambientes en que trabajamos en IA o informática sean mucho menos hostiles de lo que son hoy”.

Desde la ética, destaca cómo la falta de diversidad de género puede afectar la calidad y objetividad de los algoritmos. “Sabemos que hay algunas IA que han resultado tener un peor funcionamiento para las mujeres y para otros grupos vulnerables, y algunas veces eso ha pasado por datasets que no tienen datos suficientes de mujeres”, plantea.

“Eso da la impresión de que tiene que ver con que no hubo suficiente diversidad en esos equipos ni siquiera como para hacerse la pregunta de si es que los datos eran representativos de la diversidad de la población”.

“Lo más importante que tenemos que hacer las instituciones y quienes somos parte es formar profesionales mujeres en IA, porque no hay suficientes, y tenemos que contribuir a formar esas carreras”, afirma.

También agrega que existe una gran preocupación por la equidad de género y hay distintos comités en las instituciones al respecto, pero siguen siendo pocas mujeres a cargo de tareas importantes, y no son muy valoradas al momento de evaluar las carreras profesionales. Por eso, es importante que los pares cambien la cultura organizacional y comiencen a considerar en las jefaturas los liderazgos femeninos en el rubro.

Entrega algunos ejemplos concretos de mujeres que han liderado avances significativos en ética e IA, resaltando la contribución femenina en la construcción de soluciones más innovadoras y éticas en diferentes industrias: Timnit Gebru, Margaret Mitchell, Sasha Luccioni, Mary Whittaker, Sasha Constanzanchuk, Rumman Chowdhury, Rachel Thomas, Jocelyn Dunstan y Violeta Chang, son algunas de ellas.

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